Se denomina planta ornamental a aquella cuyo cultivo se lleva a cabo teniendo como objetivo fundamental mostrar la belleza de la planta. Muchas plantas, además de servir para ese propósito, también tienen fines alimentarios como puedan ser el olivo o el naranjo. Las plantas ornamentales por lo general tienden a cultivarse al aire libre o en viveros. Las plantas ornamentales más delicadas viven en invernaderos o plásticos; en ambos casos la temperatura de las mismas está siempre bajo estrictos controles.
En la actualidad son más de 3.000 las plantas que se catalogan aptas para su uso ornamental.
Los rasgos que definen a una flor ornamental, aunque no tienen que cumplir todos ellos para ser considerada como tal, son que la planta sea vistosa, que tengan un porte llamativo, que sea fácil construir con ellas arrayanes, que sus hojas o brácteas llamen la atención y que produzcan aceites volátiles de olor agradable. Dentro de la categoría de flores ornamentales encontramos las orquídeas, el ciprés, el boj, la buganvilla, el romero, el jazmín y el cactus.